martes, 15 de julio de 2008

Padres EMO


Pro.22.6. Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.

Pro.22.15. La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él.



Es triste observar los estragos de las diferentes corrientes del pensamiento que están afectando a nuestra juventud. Van desde fanáticos del heavy metal, hasta adoradores del diablo y sus demonios, maras, punks, darks, y últimamente se ha dado a conocer una línea sutil, pero muy peligrosa: La corriente EMO (emocional). Estas corrientes en su mayoría promueven: la rebelión a los padres y a la sociedad, desenfrenos sexuales, uso de drogas, homosexualidad, lesbianismo, ocultismo, sacrificios y adoración al diablo, el realce de las emociones como la tristeza y la depresión, las ideas suicidas, entre otros.



Actualmente la corriente EMO está llamando mucho la atención, aunque no es algo que se ha formado de la noche a la mañana, lo que sucede es que es una corriente que está mostrando sus letales consecuencias, pues pasa de ser una simple moda, y está llevando al suicidio a muchos jóvenes y por si fuera poco este riesgo, también se está dando el fenómeno de que grupos radicales están promoviendo su exterminio (ya se reportan varios casos en los que les dan golpizas y hasta los matan).



Para cualquiera que entre al Internet, podrá ver y escuchar amenazas y llamados para acabar con este grupo que por sus múltiples facetas no se identifica con ninguno de los grupos más definidos y por eso desata la furia de muchos.



Fue muy triste escuchar en los noticieros locales, acerca del suicidio de una jovencita que apenas comenzaba a vivir y es más triste aún escuchar a su madre decir que no sabía quienes eran sus amistades.



Pero la verdad es que aunque se está levantando un gran revuelo alrededor de este tema los más peligrosos resultan los “padres EMO” (este termino lo utilizó una directora de un colegio local, mientras impartía una charla de orientación, respecto del tema).



Padres EMO (Estamos Muy Ocupados), y aún cuando al inicio nos sonó a los presentes algo irónico y gracioso, si lo pensamos bien, tiene mucha razón. Y es que el peligro de estos grupos de jóvenes desorientados no consiste en la popularidad o la fuerza con que vengan estas corrientes, el peligro consiste en los grandes vacíos que estamos dejando nosotros en nuestras familias en la relación entre padres e hijos.



Vacíos morales, y sobre todo vacíos espirituales que muchos padres de familia, están dejando de lado, por dedicarse en cuerpo y alma a conseguir el sustento diario y otros “COMPROMISOS MÁS IMPORTANTES”



Pero ¿que más importante puede ser que dirigir a nuestros hogares y nuestros hijos por caminos de rectitud y respeto hacia Dios, al prójimo y a la sociedad entera?



Tuve la oportunidad recientemente de hablar con una joven, quien me decía que ella en sus días de adolescencia se portaba muy, pero muy mal, por que pensaba: “aunque sea para regañarme, mi papá (con quien vivía) me va a prestar atención”. ¿un caso aislado?



No!!!! La verdad es que es tan común que pasen los días y los días y ni siquiera nos demos cuenta de las tristezas alegrías y preocupaciones de nuestros hijos y peor aún, que pensemos que los problemas para nuestros hijos “SON TONTERÍAS”, lo cual es un grave error, pues para ellos cada uno de sus problemas puede parecer el fin del mundo, por lo que como padres estamos obligados a orientarlos y ayudarles con la seriedad que cada situación requiere sin burlarnos, regañarlos agriamente o menospreciarlos.



Col.3.21. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.



Creo que muchos padres de familia, estamos sirviendo en bandeja de plata a nuestros hijos para que “cualquier viento que sople”, los arrastre y ellos no tengan raíces sólidas ni fuertes para contrarrestar y luchar contra estos fatales ataques.



Dejemos de ser padres EMO y prestemos real atención a nuestros jóvenes y recordemos que un día daremos cuenta delante del creador acerca de lo que hicimos con la vida de nuestros preciosos tesoros: nuestros hijos.



Sal.127.3. He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre.

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